Esta tecnología no sustituirá a la auditoría, pero la perfeccionará y la hará más sólida

En 2009, se diseñó y desarrolló la tecnología para crear una moneda virtual descentralizada, sin control ni autoridad central: el bitcoin. El reto a resolver era el “doble gasto”, que no ocurre con dinero real, consistente en que un mismo bitcoin no pueda usarse en más de una transacción. Físicamente no es factible registrar todas las operaciones realizadas con una misma moneda, pero sí digitalmente, cuando el pago solo es digital. La solución es diseñar un libro contable, anotando todas las operaciones realizadas con la moneda digital. Con bitcoin, este libro mayor refleja todas las operaciones realizadas, fielmente, singular e inequívocamente.

El diseño descentralizado del bitcoin, mediante el Libro Contable Distribuido, DLT (Distributed Ledger Technology),donde anota todos los pagos, es registro almacenado en múltiples ordenadores en internet. Las copias del libro, páginas firmadas criptográficamente, impiden manipulación informacional de páginas blockchain. DLT es público, de libre acceso y anónimo. No es factible conocer quién está detrás de cada transacción sin conocer los códigos que singularizan e identifican a los intervinientes.

La aplicabilidad de esta tecnología en el ámbito de la contabilidad y la auditoría es de indudable importancia. La imagen fiel es el pilar fundamental de la información contable y las posibilidades que tienen los usuarios, internos y externos, para contrastar su fiabilidad y seguridad de esta información es mediante una auditoría, como proceso de verificación de calidad informacional contable. Ésta constituye la piedra angular de la confianza en el sistema de información financiera, aunque tiene limitaciones. La auditoría no es obligatoria para todas las empresas. En España las empresas auditadas no superaron el 20% del total.

Una aplicación tecnológica del blockchain está vinculada con la contabilidad: su prueba de existencia. Inicialmente hubo un registro de partida única, quedando obsoleto tras el desarrollo en el S. XV de la partida doble: más robusta y fiable. Aun siendo consistente y fiable el registro, no evita la concurrencia de tercero: el auditor, quien garantiza la relevancia, integridad y veracidad informacional. La auditoría, goza de ventajas, no estando exenta de limitaciones: tiempo, coste, alcance, garantía, etcétera. Recordemos que acontecimientos económicos, de fatales consecuencias, han cuestionado la importancia, profesionalidad y fiabilidad de la auditoría.

La propiedad del blockchain de prueba de existencia, no tiene parangón, confiriéndole capacidad de prueba pública de veracidad transaccional entre partes. No necesita intervención de terceros confiables ni registro público. Contiene información sobre fecha y hora inmutables, como el resto de información del apunte, siendo prueba segura, pública, verificable, y a coste ínfimo comparado con sistemas convencionales. Su conjunto de propiedades (contabilidad subyacente) revolucionará el registro, verificación, transparencia y fiabilidad del sistema contable. Al ser una base de datos única, compartida por los involucrados en las transacciones, instantáneamente, registrada la operación, su encriptado lo hace incorruptible ante manipulaciones, aportando beneficios, particularmente contables. Su estandarización procedimental y normalización contable, permitirán contrastar niveles de información financiera inimaginables, a coste reducido y disponible en plazos cortos. Se podrán verificar cuentas de forma continua, no anual, minorando criticidad y complejidad de auditoría.

El blockchain, supone pasar de la partida doble, al sistema de triple entrada. Blockchain es la base que sustenta el tercer libro, o mayor de transaccional DLT. Cada empresa involucrada en una transacción, seguirá el registro minucioso de operaciones simultáneamente en el sistema contable interno, y el mayor distribuido, constatando fehaciente y públicamente garantía, cifrada, con algoritmos de huella digital para terceros. Estos, con acceso al DLT pueden ser distintos agentes con interés legítimo: Administración Pública, autoridad jurisdiccional, auditores,… pudiendo verificar procedimientos y emisión informacional de opinión, inspeccionando la totalidad de registros mediante esta plataforma. La tecnología blockchain no sustituye a la auditoría, la refuerza, y apoya en el proceso de verificación y contraste. Indudablemente, blockchain cambiará la auditoría.

Muchos trabajos de investigación excluyen datos de empresas no auditadas por su dudosa fiabilidad. Estas empresas podrán aportar credibilidad utilizando blockchain además de generar valor añadido fiable, transparencia e inmutabilidad informacional a coste reducido y de fácil implantación, simplificando procesos de verificación y opinión de estados financieros.

La propiedad de “prueba de existencia” no tiene parangón en el mundo digital, ni en el real, confiriéndole aplicabilidad única como prueba de verificación. Este es un campo que conviene explorar y difundir en beneficio de la transparencia y seguridad demandada por los usuarios de información financiera, que sin duda redundará en beneficio de la imagen fiel. El desafío ofrecido por esta tecnología no es reinventar la contabilidad, sino aprovechar la oportunidad para, si cabe, perfeccionarla todavía más, incorporando la partida de triple entrada.

Ante este desafío de oportunidades y ventajas, apostamos para que expertos y asociaciones en materia contable, fijen estándares para una contabilidad vinculada con blockchain en un marco corporativo único, de fácil acceso y viable.

Fuente: cinco días.elpais.com

Autores: Manuel Rodríguez López, Julio Ángel Fernandez Vilas, Pablo de Llano Monelos y Carlos Piñeiro Sánchez. Abanca & Ieside, Universidad A Coruña. Ganadores del Primer Accésit del Premio AECA de Artículos 2018