• La sanción por este fraude oscila entre los 3.000 y los 10.000 euros
  • Además, el empresario debe pagar las cuotas atrasadas del trabajador

Esta figura corresponde a las personas que prestan sus servicios a una empresa, como un empleado de plantilla más, pero dada de alta como trabajador por cuenta propia.

De esta forma, el empresario se ahorra el coste social del contrato, que asciende de media a 450 euros al mes para un empleado a jornada completa, y paga solo la cotización del autónomo, de 267 euros. Una medida económica pero ilegal. "Si tú eres autónomo no recibes órdenes, gestionas tu propio trabajo y tus horarios. El falso autónomo tiene un horario fijo y está bajo las órdenes de otras personas", explica Alicia Carrascal, colaboradora de Easyoffer, plataforma online de abogados.

Multa para la empresa

Si una inspección de trabajo detecta un contrato irregular de este tipo, la empresa se enfrenta a multas de entre 3.000 y 10.000 euros, según establece el Artículo 40 de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, que recoge las posibles sanciones. Además, al empresario se le puede exigir abonar las cuotas de la Seguridad Social por ese trabajador con carácter retroactivo, y con un recargo que puede llegar hasta el 150%.

Según la gravedad del fraude se podría incurrir en un delito contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social que implicarían penas de prisión. A partir de los 50.000 euros podría darse esta situación, aunque es necesario que un abogado especialista examine cada caso, pues entran en juego muchas particularidades y condicionantes. También varían mucho las penas, pero la Ley contempla supuestos que pueden superar los cinco o seis años de cárcel en muchos casos.

Para el falso autónomo no existen sanciones, ya que se considera que es la víctima -y no cómplice- en la relación, y de facto es esta persona la que debido a su situación está perdiendo derechos y haciéndose cargo de unos costes laborales -la cuota de autónomo- que no le corresponden. Es el eslabón débil de la cadena y la Inspección busca protegerlos y no castigarlos.

Legalizar la situación

Una empresa que ya cuenta con falsos autónomos y que pretende regularizar su situación no lo tiene fácil, ya que es un proceso complicado. Si aún así decide afrontar el problema y dar el paso, se arriesga a que el trabajador le exija las cotizaciones anteriores no abonadas.

No es el único obstáculo. También deberá justificar su comportamiento hasta el momento, y mostrar su firme voluntad de que no se repetirá este modo de proceder. "Una vez que empiezas a componer tu plantilla con falsos autónomos, es difícil dar marcha atrás, salvo que la relación con esos empleados sea estrecha y de confianza", concluye la experta de Easyoffer.

Refuerzo a las inspecciones de trabajo

Para tratar de mitigar este problema el plan estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2018-2020 refuerza las inspecciones laborales.

Entre otras cosas, el plan incluye la supervisión de la economía de plataformas y actuaciones específicas en relación con falsos autónomos, becarios y prácticas no laborales, así como formación para el empleo.

Fuente: elEconomista.es