La transmisión de liderazgo, propiedad y conocimientos de una generación a la siguiente, lo que conocemos como relevo generacional, es un asunto crucial tanto para empresas como para familias. No se trata simplemente de un cambio de nombre, sino de asegurar la continuidad del proyecto, mantener el legado, adaptar la organización al futuro y gestionar el factor humano.
Según el Instituto para la Empresa Familiar, en 2025 el 92,4% de las empresas españolas son familiares, de manera que planificar este proceso de forma estratégica puede marcar la diferencia entre la continuidad o el declive de una organización.




















