En un mundo donde las transacciones digitales están en auge, puede parecer que el efectivo está quedando obsoleto. Sin embargo, millones de personas en todo el mundo todavía dependen del dinero en metálico para sus transacciones diarias. Y donde hay efectivo, hay un riesgo de falsificación.
Pese a que los métodos de pago digitales, como las tarjetas, están cada vez más en uso, la realidad es que la mayoría de personas todavía prefieren pagar con efectivo en el día a día. Según un informe del Banco de España sobre hábitos de uso del dinero en 2022, tres de cada cinco personas utilizan efectivo en su vida cotidiana, sobre todo para operaciones de poco importe.
Esto uso conlleva un riesgo: la falsedad de los billetes y monedas.