Las autonomías han emprendido una auténtica ofensiva fiscal desde 2010, el año en el que la todavía omnipresente crisis empezó a redoblar su impacto en las cuentas del sector público. Para compensar esos efectos, desde entonces y hasta lo que llevamos de 2013, las regiones de régimen común (es decir, excluyendo País Vasco y Navarra que cuentan con marcos fiscales propios) se han sacado de la manga 42 nuevos impuestos, más de diez por año.

Se trata de figuras impositivas que gravan los más variados ámbitos: desde el uso del agua o de bolsas de plástico, hasta los depósitos bancarios, pasando por el juego, la emisión de gases contaminantes o los establecimientos turísticos.

Fuente: ElEconomista.es - 20/09/13