La sostenibilidad de su empresa necesita algo más que el control de sus procesos de producción. No olvide su organización, logística, estrategias y transportes.
Cuando afirmamos que nuestros productos se elaboran y venden de forma sostenible pensamos en nuestra empresa como el único protagonista de la película, pero no es así. Imaginemos que fabricamos artículos integrados por elementos que han tenido que recorrer miles de kilómetros para poder ser manipulados en nuestra empresa, o que se han producido vulnerando las más elementales normas de defensa de los trabajadores o de los derechos humanos, Esto puede y suele ocurrir.
Para que una empresa sea sostenible, su cadena de valor ha de serlo también. Así lo exige la Directiva CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) que obliga a las grandes compañías de toda Europa a declarar información sobre la estructuración de sus suministros. Por ello y porque suponen más del 97% de nuestro tejido empresarial y el 80% del PIB mundial, la transformación sostenible de la pyme resulta estratégica.









