El despliegue de la tecnología llamada a transformar los hábitos económicos y sociales a escala global ha comenzado en la península. Su uso masivo deberá esperar, aún, unos cuantos años.
Y llegó la hora. Aunque todo indica que la hora, en realidad, serán años. Unos cuantos. Si serán tres, cinco o diez, el dato es por el momento una incógnita. Nadie se atreve a hacer un vaticinio más o menos preciso. El despliegue de la tecnología 5G ha comenzado en España y, bajo su paraguas, alcanzará su epítome el auténtico cambio, ese que los economistas han bautizado como cuarta revolución industrial.